Nº 63 otoño 2011 El Divino Pastor

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Sumario
Saludo del santo padre Benedicto XVI en la vigilia de oración con los jóvenes
Homilía del santo padre Benedicto XVI en la santa misa con los jóvenes
12 frases de la JMJ
Cáritas atiende a 1,6 millones de personas
Monseñor Rafael Zornoza Boy, nuevo Obispo de Cádiz y Ceuta
La Guardia Civil celebra la fiesta del Pilar

Saludo del santo padre Benedicto XVI en la vigilia de oración con los jóvenes

«Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y  seguir con valentía y generosidad el camino que Él nos proponga»

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), seis días intensos de celebración de la fe en las calles madrileñas, durante este mes de agosto, culminó con la Vigilia en el aeródromo de Cuatro Vientos, el 20 de agosto. Asistieron  dos millones de peregrinos, de 193 países diferentes, según los organizadores, y comenzó después de diez horas de espera al sol, con más de 40º de temperatura, fue interrumpida durante un tiempo por un aguacero. Tras las palabras del Papa se pasó al momento central de la vigilia, la adoración eucarística en medio de un impresionante silencio. El Papa consagró a los jóvenes al Sagrado Corazón de Jesús y bendijo a todos los congregados. Al finalizar la ceremonia, miles de jóvenes pasaron la noche en la explanada de Cuatro Vientos, donde el domingo se celebró la Santa Misa de clausura de la XXVI JMJ. Reproducimos, a continuación, las palabras que dirigió a los jóvenes el santo padre Benedicto XVI.


“Queridos amigos:
Os saludo a todos, pero en particular a los jóvenes que me han formulado sus preguntas, y les agradezco la sinceridad con que han planteado sus inquietudes, que expresan en cierto modo el anhelo de todos vosotros por alcanzar algo grande en la vida, algo que os dé plenitud y felicidad.
Pero, ¿cómo puede un joven ser fiel a la fe cristiana y seguir aspirando a grandes ideales en la sociedad actual? En el evangelio que hemos escuchado, Jesús nos da una respuesta a esta importante cuestión: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor» (Jn 15, 9).
Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios. Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios.
Si permanecéis en el amor de Cristo, arraigados en la fe, encontraréis, aun en medio de contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona. Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo.
Precisamente ahora, en que la cultura relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la aspiración más alta del espíritu humano, debemos proponer con coraje y humildad el valor universal de Cristo, como salvador de todos los hombres y fuente de esperanza para nuestra vida. Él, que tomó sobre sí nuestras aflicciones, conoce bien el misterio del dolor humano y muestra su presencia amorosa en todos los que sufren. Estos, a su vez, unidos a la pasión de Cristo, participan muy de cerca en su obra de redención. Además, nuestra atención desinteresada a los enfermos y postergados, siempre será un testimonio humilde y callado del rostro compasivo de Dios.
Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra.
En esta vigilia de oración, os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga.
A muchos, el Señor los llama al matrimonio, en el que un hombre y una mujer, formando una sola carne (cf. Gn 2, 24), se realizan en una profunda vida de comunión. Es un horizonte luminoso y exigente a la vez. Un proyecto de amor verdadero que se renueva y ahonda cada día compartiendo alegrías y dificultades, y que se caracteriza por una entrega de la totalidad de la persona. Por eso, reconocer la belleza y bondad del matrimonio, significa ser conscientes de que solo un ámbito de fidelidad e indisolubilidad, así como de apertura al don divino de la vida, es el adecuado a la grandeza y dignidad del amor matrimonial.
A otros, en cambio, Cristo los llama a seguirlo más de cerca en el sacerdocio o en la vida consagrada. Qué hermoso es saber que Jesús te busca, se fija en ti y con su voz inconfundible te dice también a ti: « ¡Sígueme!» (cf. Mc 2,14).
Queridos jóvenes, para descubrir y seguir fielmente la forma de vida a la que el Señor os llame a cada uno, es indispensable permanecer en su amor como amigos. Y, ¿cómo se mantiene la amistad si no es con el trato frecuente, la conversación, el estar juntos y el compartir ilusiones o pesares? Santa Teresa de Jesús decía que la oración es «tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (cf. Libro de la vida, 8).
Os invito, pues, a permanecer ahora en la adoración a Cristo, realmente presente en la Eucaristía. A dialogar con Él, a poner ante Él vuestras preguntas y a escucharlo. Queridos amigos, yo rezo por vosotros con toda el alma. Os suplico que recéis también por mí. Pidámosle al Señor en esta noche que, atraídos por la belleza de su amor, vivamos siempre fielmente como discípulos suyos. Amén.
Queridos amigos: Gracias por vuestra alegría y resistencia. Vuestra fuerza es mayor que la lluvia. Gracias. El Señor con la lluvia nos ha mandado muchas bendiciones. También con esto sois un ejemplo.”

– Javier T. Hernández

Homilía del santo padre Benedicto XVI en la santa misa con los jóvenes

 «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe»

Palabras del Santo Padre en la santa misa para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud celebrada el domingo 21 de agosto de 2011 en el Aeropuerto Cuatro Vientos de Madrid :
“Queridos jóvenes:
He pensado mucho en vosotros en estas horas que no nos hemos visto. Espero que hayáis podido dormir un poco, a pesar de las inclemencias del tiempo. Seguro que en esta madrugada habréis levantado los ojos al cielo más de una vez, y no sólo los ojos, también el corazón, y esto os habrá permitido rezar. Dios saca bienes de todo. Con esta confianza, y sabiendo que el Señor nunca nos abandona, comenzamos nuestra celebración eucarística llenos de entusiasmo y firmes en la fe.”
Homilía
“Queridos jóvenes:
Con la celebración de la Eucaristía llegamos al momento culminante de esta Jornada Mundial de la Juventud. Al veros aquí, venidos en gran número de todas partes, mi corazón se llena de gozo pensando en el afecto especial con el que Jesús os mira. Sí, el Señor os quiere y os llama amigos suyos (cf. Jn 15,15). Él viene a vuestro encuentro y desea acompañaros en vuestro camino, para abriros las puertas de una vida plena, y haceros partícipes de su relación íntima con el Padre. Nosotros, por nuestra parte, conscientes de la grandeza de su amor, deseamos corresponder con toda generosidad a esta muestra de predilección con el propósito de compartir también con los demás la alegría que hemos recibido. Ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy?
En el evangelio que hemos escuchado (cf. Mt 16, 13-20), vemos representados como dos modos distintos de conocer a Cristo. El primero consistiría en un conocimiento externo, caracterizado por la opinión corriente. A la pregunta de Jesús: « ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?», los discípulos responden: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». Es decir, se considera a Cristo como un personaje religioso más de los ya conocidos. Después, dirigiéndose personalmente a los discípulos, Jesús les pregunta: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro responde con lo que es la primera confesión de fe: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo». La fe va más allá de los simples datos empíricos o históricos, y es capaz de captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad.
Pero la fe no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don de Dios: « ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos». Tiene su origen en la iniciativa de Dios, que nos desvela su intimidad y nos invita a participar de su misma vida divina. La fe no proporciona solo alguna información sobre la identidad de Cristo, sino que supone una relación personal con Él, la adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a la manifestación que Dios hace de sí mismo. Así, la pregunta de Jesús: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?», en el fondo está impulsando a los discípulos a tomar una decisión personal en relación a Él. Fe y seguimiento de Cristo están estrechamente relacionados. Y, puesto que supone seguir al Maestro, la fe tiene que consolidarse y crecer, hacerse más profunda y madura, a medida que se intensifica y fortalece la relación con Jesús, la intimidad con Él. También Pedro y los demás apóstoles tuvieron que avanzar por este camino, hasta que el encuentro con el Señor resucitado les abrió los ojos a una fe plena.
Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has dado tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone.
En su respuesta a la confesión de Pedro, Jesús habla de la Iglesia: «Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». ¿Qué significa esto? Jesús construye la Iglesia sobre la roca de la fe de Pedro, que confiesa la divinidad de Cristo. Sí, la Iglesia no es una simple institución humana, como otra cualquiera, sino que está estrechamente unida a Dios. El mismo Cristo se refiere a ella como «su» Iglesia. No se puede separar a Cristo de la Iglesia, como no se puede separar la cabeza del cuerpo (cf. 1Co 12,12). La Iglesia no vive de sí misma, sino del Señor. Él está presente en medio de ella, y le da vida, alimento y fortaleza.
Queridos jóvenes, permitidme que, como Sucesor de Pedro, os invite a fortalecer esta fe que se nos ha transmitido desde los Apóstoles, a poner a Cristo, el Hijo de Dios, en el centro de vuestra vida. Pero permitidme también que os recuerde que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir «por su cuenta» o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él.
Tener fe es apoyarse en la fe de tus hermanos, y que tu fe sirva igualmente de apoyo para la de otros. Os pido, queridos amigos, que améis a la Iglesia, que os ha engendrado en la fe, que os ha ayudado a conocer mejor a Cristo, que os ha hecho descubrir la belleza de su amor. Para el crecimiento de vuestra amistad con Cristo es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios.
De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios. Pienso que vuestra presencia aquí, jóvenes venidos de los cinco continentes, es una maravillosa prueba de la fecundidad del mandato de Cristo a la Iglesia: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15). También a vosotros os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo en otras tierras y países donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes y, vislumbrando en sus corazones la posibilidad de valores más auténticos, no se dejan seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios.
Queridos jóvenes, rezo por vosotros con todo el afecto de mi corazón. Os encomiendo a la Virgen María, para que ella os acompañe siempre con su intercesión maternal y os enseñe la fidelidad a la Palabra de Dios. Os pido también que recéis por el Papa, para que, como Sucesor de Pedro, pueda seguir confirmando a sus hermanos en la fe. Que todos en la Iglesia, pastores y fieles, nos acerquemos cada día más al Señor, para que crezcamos en santidad de vida y demos así un testimonio eficaz de que Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios, el Salvador de todos los hombres y la fuente viva de su esperanza. Amén.”

12 frases de la JMJ

1 “Hay palabras que solamente sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida”. Bienvenida en Cibeles, 18 de agosto de 2011
2 “Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado”. El Escorial, encuentro con religiosas, 19 de agosto de 2011
3 “La enseñanza no es una escueta comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en lo profundo y ese afán de superación”. El Escorial, encuentro con profesores, 19 de agosto de 2011
4 “No paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer”. Vía Crucis, 19 de agosto de 2011
5 “Pedidle que os enseñe a estar muy cerca de los enfermos y de los pobres, con sencillez y generosidad (…) siendo testigos de Dios hecho hombre, mensajeros de la altísima dignidad de la persona humana y, por consiguiente, sus defensores incondicionales”. Misa con seminaristas, 20 de agosto de 2011
6 “Quiero expresar a los representantes de las respectivas Administraciones mi más sentido y cordial agradecimiento en nombre de la Iglesia y de los jóvenes que disfrutan en estos días de vuestra acogida y solicitud”. Agradecimiento a los organizadores, 21 de agosto de 2011
7 “Nuestra sociedad, en la que demasiado a menudo se pone en duda la dignidad inestimable de la vida, de cada vida, os necesita: vosotros contribuís decididamente a edificar la civilización del amor”. Fundación Instituto San José, 20 de agosto de 2011
8 “Os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga”. Vigilia Cuatro Vientos, 21 de agosto de 2011
9 “No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe”. Misa Cuatro Vientos, 21 de agosto de 2011
10 “Con vuestro servicio, habéis dado el rostro de la amabilidad, la simpatía y la entrega a los demás”. Voluntarios, 21 de agosto de 2011
11 “Transmitid vuestra alegría especialmente a los que hubieran querido venir y no han podido hacerlo, a tantos como han rezado por vosotros y a quienes la celebración misma de la Jornada les ha tocado el corazón”. Barajas, 21 de agosto de 2011
12 “Dejo España contento y agradecido a todos”. Barajas, 21 de agosto de 2011

Cáritas atiende a 1,6 millones de personas

Las acciones desarrolladas por la Confederación Cáritas Española alcanzaron en 2010 a 1.632.499 destinatarios dentro de España y 4.860.000 en acciones de cooperación internacional con una inversión de 247,5 millones de euros en sus distintos programas sociales, lo que supone un incremento del 7,5 % sobre 2009.  Los fondos proceden en un 64,89 % de donaciones privadas y el 35,11 % de subvenciones públicas, la confederación cuenta además con 61.783 voluntarios y 4.543 personas contratadas.
Cáritas es la confederación oficial de las entidades de acción caritativa y social de la Iglesia Católica en España, instituida por la Conferencia episcopal. Creada en 1947, tiene personalidad jurídica propia, tanto eclesial como civil. Entre sus objetivos fundacionales destacan la promoción de la solidaridad de la comunidad cristiana y la ayuda al desarrollo integral de la dignidad humana de todas las personas que se encuentran en situación de precariedad. El seno de la Iglesia, comunión de carismas y comunidad misionera, Cáritas, organismo de la Iglesia, es promovida, erigida y animada por los obispos para cumplir el ministerio de la caridad que a ellos les corresponde.
Cáritas, se siente animada por una misión permanente e irrenunciable: ser Iglesia pobre y para los pobres; Entre los pobres, actualiza los signos de la Buena Noticia de Jesús; y cuando se dirige al interior de la Iglesia, ayuda a la conversión de los creyentes para que contemplen en los pobres el rostro de Dios y se comprometan en su liberación. En este sentido, su acción debe siempre salvaguardar y promover los valores que la Doctrina Social de la Iglesia presenta como fundamentales en el compromiso social de los cristianos, entre los que cabe señalar: los derechos humanos, el bien común, la solidaridad y la subsidiariedad, aunando en su actuación la paz y la verdad, la justicia y el amor, y estimulando la responsabilidad y la laboriosidad.
La red nacional está constituida por más de 6.000 Cáritas parroquiales, agrupadas en 68 Cáritas diocesanas que, a su vez, se distribuyen en sus correspondientes Cáritas Autonómicas o Regionales.
La acción desarrollada por Cáritas para la erradicación de la pobreza tiene también una amplia dimensión internacional que funciona a través de 164 Cáritas nacionales, con presencia en más de 200 países.

Monseñor Rafael Zornoza Boy, nuevo Obispo de Cádiz y Ceuta

Su Santidad Benedicto XVI ha nombrado nuevo obispo de las diócesis de Cádiz y Ceuta a don Rafael Zornoza Boy, hasta la fecha obispo auxiliar de Getafe. El nombramiento se hizo público el pasados 30 de agosto. Tomará posesión como Obispo de Cádiz el 22 de octubre, y de Ceuta el día 23.
La noticia fue recibida en el Obispado de Getafe en una reunión fraterna, presidida por el obispo de Getafe, don Joaquín López de Andújar. Don Joaquín agradeció a don Rafael su servicio. Le felicitó de corazón por su nuevo nombramiento y recordó su trayectoria desde que fue creada la Diócesis de Getafe en 1991. Don Rafael agradeció, en primer lugar, al Santo Padre, la confianza depositada en su persona para llevar a cabo esta nueva misión al frente de las diócesis de Cádiz y Ceuta. Se mostró alegre al saberse enviado por el Señor a servir a los fieles de ambas diócesis, por quienes ya reza todos los días.
También quiso expresar su tristeza por la separación de su amada diócesis de Getafe. Don Rafael se sintió honrado de pertenecer a Getafe, y tuvo palabras de agradecimiento para los sacerdotes, el seminario, los jóvenes y las familias de la diócesis de Getafe.

La Guardia Civil celebra la fiesta del Pilar

El pasado miércoles 12 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Pilar, la Guardia Civil de Móstoles celebró a su Patrona con una solemne eucaristía en la Parroquia Divino Pastor.

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